domingo, 3 de junio de 2018

Cuento: La partida de ajedrez

Habían ocurrido demasiadas cosas y la situación llegó a ser límite. Irreversible y sin vuelta atrás, aquellos desaires, las circunstancias negativas y la falta de empatía provocaron el distanciamiento y una enemistad que les llevó a jugar la última partida.

“La vida es un juego en blanco y negro. Jugamos nuestras piezas en el tablero cada día”, dijo el jugador impetuoso.
“Las piezas blancas simbolizan bondad e inocencia frente a las negras, abismo de oscuridad y tristeza, misterio y soledad”, respondió su rival.

Se conocían mucho. No en vano, sabían qué estrategia utilizaría cada uno y aprendieron sus movimientos arriesgados. Ambos tenían una vasta experiencia. 

La primera decisión que adoptaron fue movilizar a sus peones, esos que trabajan en equipo, sincronizados para llegar a cumplir el objetivo marcado. Los peones representan la capacidad de adaptarse y prosperan hasta ser una pieza de mayor valor en el tablero de la vida.
La respuesta contraria fue poner en lid a los caballos, fuerza imprevisible que asume movimientos inciertos, llenos de improvisación. Ellos representan el cambio en la vida.
Las torres aguardaban su momento. Son rocosas y firmes ante lo que está por llegar, sin alterar sus movimientos fijos. Representan la materia, los cuatro elementos básicos y el límite de todo.

Con destreza e inteligencia se movían los alfiles. Ellos simbolizan la lealtad y la creencia en los valores vitales del ser humano. Apoyan y guardan la retaguardia de caballos y peones.

Si el rey se protege de ataques es gracias a la reina. La que protege y cuida de la familia. Ella es la verdadera protagonista de este juego, el ajedrez de la vida.

Ambos jugadores aprendieron que en el ajedrez no siempre se gana, ni tampoco se pierde. A veces quedamos en tablas y recibimos lecciones que nos ayudan para el futuro. 
El ajedrez es una lucha, a veces consigo mismo, dónde debemos demostrar inteligencia y destreza, no depender del azar. 
Es hora de cambiar las reglas, de anticiparnos a los cambios y comprobar que, además del Rey, siempre tendremos una Reina que gobierne y oriente nuestras vidas.



jueves, 15 de marzo de 2018

La vida y sus silencios

La vida en cuestión, es cuestión de silencios. Y silencios que cuestionan, una vida atropellada, atrapada entre silencios.




Ando sólo entre silencios, sin ruidos y sin prisas. Me detengo en el paisaje y la paz de su silencio. 
Y pienso, me detengo. 

No me agobian los problemas, ni me excuso en la rutina, ni le pongo freno al tiempo. 
Pienso más que debo, porque yo no debo nada. 
Huyo de problemas, no me encierran tus palabras, porque libres son mis pensamientos como libre mis hazañas.

Y camino, paso a paso, sin destino, con firmeza. Me equivoco, sin reparos, mis errores los corrijo y no me juzgo, que yo tengo mis motivos y no quiero que tu sepas.

Atropellan las palabras, que se juntan sin sentido, no me aclaran esas dudas, ni resuelven mis conflictos. 

Me refugio en mis silencios porque hoy me he dado cuenta, que a pesar del recorrido y las vivencias que pasamos, no apreciastes ese tiempo, y ese tiempo vale mucho, aunque para tí no vale nada. 

Por eso, amiga mía, no debes arrepentirte de los pasos que se dieron, ni del camino recorrido. Alégrate del tiempo que has ganado y de los amigos que se hicieron, de las experiencias vividas y de ese libro sabio, que es tu vida, sin costuras, tu  propia vida.






miércoles, 28 de febrero de 2018

Mi héroe

Desde muy pequeño, he creído en los héroes. Esa necesidad de creer en cosas extraordinarias, en personajes que han demostrado su enorme valía, salvándonos del peligro inminente que nos acechaba.




¡Sí, todos tenemos un héroe!  Ese mito que encarna la quinta esencia, ese espejo donde se reflejan todas las virtudes humanas. Capaz de vencer el miedo con tanto coraje y demostrar una valentía que anhelamos.

Pero más allá de esa huida a la inconsciencia, esos temores al fracaso, esa premura por elevar al mito aquello que vemos inalcanzable, creo en los héroes de carne y hueso.

La humanidad, con sus defectos y su sencillez, está llena de héroes que nos recuerdan la realidad en la que vivimos.



Jamás ví tanto coraje y valentía para afrontar lo malo que la vida te puso por delante. A pesar de no ganar la partida final, ví como ganabas, paso a paso, mi respeto y admiración. Demostraste una fortaleza que me sirve para recordar que la vida no es justa y, muchas veces, no se porta bien con nosotros. Pero me enseñaste que lo importante es la manera en que decidimos vivir esta vida, sea lo que sea lo que nos toque vivir.

Porque tu sacrificio será mi consuelo y tu silencio será mi verdad. 
Porque escuché en tu corazón aquellas palabras que no se oyen.
Porque tu palabra me sigue honrando.
Porque no hay consuelo que resista tanto dolor.
Porque tanto amor nos diste.

Nos enseñaste a ser el héroe de nuestra propia historia.

Mi héroe, por siempre y para siempre, serás "Mi héroe"


"En honor y como homenaje a quienes han sido nuestros héroes en la vida"

martes, 27 de junio de 2017

100.000 Razones con Emociones Positivas

El 6 de Enero de 2016 inicié un nuevo proyecto particular en forma de blog, en el que hemos plasmado razones positivas para hacer frente a una enfermedad que me tocó vivir y sentir muy de cerca.
He visto y conocido historias de supervivientes y de luchadores que nos dejaron pero que regalaron un verdadero y extenso legado de emociones, actitudes y frases con las que he aprendido a ser una persona diferente. Y lo hago con conocimiento de causa, porque he podido sentir que lo esencialmente imprescindible, aquello que llamamos lo invisible, es el amor. El amor hacia una madre que ha trascendido en 100.000 corazones. Como un espejo emocional, mis pensamientos y emociones se han reflejado en muchas personas que han recordado y sentido sus propias emociones y experiencias.



Este ha sido el mejor de los regalos de "12 Razones para Luchar". Como un decálogo de buenas intenciones, hemos de afrontar el apasionante reto de vivir, hacerlo cada día y hacerlo con la mayor de las intensidades.

"Es hora de ser vulnerables y sentir, no tener miedo a lo que experimentamos. Ser humanos" 


Y así, con aquellas personas que me dieron su apoyo y que han sido parte importante de este duro camino, os digo que....
Hay 12 Razones para Luchar.....

1. "Por justicia social, porque mañana podemos ser cualquiera, porque gota a gota se hacen las mareas"....... Rául Feria Rastrojo.

2. "Vivir es tener esperanza y hay que mantenerla para que la vida se sostenga con más fuerza que el cáncer o cualquier circunstancia adversa"....... Mario Asensio Figueras.

3. "Pisando fuerte para mirar el futuro viviendo el presente".....Carmen Núñez Feria.

4. "Para que no duela tanto".... Rafael Adamuz Santos.

5. "Un "por qué" nos ha traído hasta aquí... Un "para qué" nos espera"..... María Tremiño Gómez.

6. "Esperanza de vencer el cáncer. Trabajar y luchar juntos hasta el final"...... Pilar Maestre Vaz.

7. "Porque la VIDA ES BELLA".... Diego Lopa Garocho.

8. "Lucho para hacer nacer el verdadero ser que hay dentro de las personas, sin fachadas".... Antonio De los Santos Soler.

9. "¿Qué mayor motivo de lucha que el llegar a ser lo que realmente eres? Un ser finito, vulnerable y temeroso, al igual que valiente y compasivo. Buscando aceptarse para proclamarlo con orgullo, reconociéndose en la Emoción, transitando"....Natividad Pérez Aguilera.

10. "Porque tu sonrisa siempre fue el motivo... porque esta vida me regaló la suerte de quererte ⭐".... Rafa López.

11. "Lo que se hace con él corazón , al corazón llega. Llega al alma de las personas que ríen, aman, luchan y exprimen momentos contigo".... Nieves Morano Martínez. 

12. "Si me caí es porque estaba caminando. Y caminar vale la pena aunque te caigas".... Marianela- Eduardo Galeno.

Porque, por encima de todo, esta es nuestra principal Razón: 
"Luchar contra el cáncer es mi vocación".... Eloisa Bayo. 

En agradecimiento a quienes le acompañaron en su camino, porque valió la pena a pesar de las caídas:
Quiero agradecer a mi padre, su valentía y su lealtad hasta el último minuto. Un ejemplo de que el amor es el mayor de los motores de nuestra vida, una fuerza que nos hace inmensamente ricos. Él ha sido quien puede expresar los malos y buenos momentos de esta enfermedad. Otro agradecimiento especial a mi mujer, a mis hermanos y nuestras familias, a mis tías que vivieron con su hermana el camino de la esperanza. A mis tíos, primas y primos que nos acompañaron desde siempre (7 hermanos más que primos), a nuestras vecinas que fueron sus confidentes en largas tardes de invierno. Al personal médico que fue un ejemplo de humanización (ser un médico bueno en lugar de un buen médico). A sus amigas, fieles hasta el final, recordando la juventud y su felicidad. A todas y todos los que nos acompañasteis en un camino lleno de obstáculos pero que, con vuestra ayuda, se fue despejando y se hizo más fácil. 12 Etapas y 5 Retos dieron un Espacio Bienestar para llegar a la meta con la satisfacción del deber cumplido.



"Felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace"

Yo he sido feliz con vuestra complicidad, haciendo de este diario la principal razón para cambiar el resto de nuestras vidas.

Javier Márquez, autor del blog "12 Razones para Luchar"


martes, 13 de junio de 2017

Una carta con destino

¡Ay compañera del alma!

Aquí me tienes escribiendo esta carta sin saber si llegará a su destino. Quizás se pierda en el tiempo, como aquella botella que naufraga en la mar o quizás sea descubierta por quien necesita del aliento de unas palabras que brotan esperanza.
Aprendemos con el tiempo a reponernos de los duros golpes de la vida. Hay noticias que cambian, ipso-facto, el devenir de nuestro destino. A veces, de una forma cruel, nos dejamos arrastrar por lo negativo. Pero en la mayoría, surge un carácter fuerte y valiente que nos hace sobrevivir a todas las circunstancias que nos rodean.


Decidí escribir este diario y buscar 12 Razones para Luchar. Y fue cuando me dí cuenta que la más importante eras TÚ. Y esa razón para seguir, hizo que tus abrazos, fueran una terapia que todo lo cura.
Nos enseñaste un grito de esperanza que siempre repetía "luchar, luchar y luchar". Lograste llenarnos de optimismo y confianza aprendiendo que, a pesar de las pesadillas, sólo nos quedaba toda la vida y había que disfrutarla.
Conocimos, gracias a tí, a much@s amig@s que nos hicieron ver lo positivo y a enfrentarnos a los problemas. A través de la fotografía, creyendo en la revolución de las emociones, no procrastinando como mandamiento vital o teniendo una vida en la memoria, recorrimos caminos de sabiduría y aprendizaje vital, llenos de experiencias y personas maravillosas.
Me conocí a mi mismo, frente al espejo y frente a los demás, encontrando una motivación para seguir.
Y a pesar de todo, como una canción hecha himno, mirando al futuro, resistiré.


En los malos momentos, pude sentir lo que sentías, y esa empatía que creamos hizo que te necesitara a cada instante. Porque hay dolores que desgarran el alma y dejan que las lágrimas puedan salir. Y no  buscamos excusas, porque la vida se supera con actitud. Y si llevaste 65 años de dura lucha, hubo ángeles que te protegían.
Como una chispa que nos une, fue grande mi compromiso y fidelidad a tí. Tuvimos nuestra última conversación, que dejó una huella profunda , y en la que pude decirte aquellas confidencias a una madre.
Ahora, tu ausencia me duele y afronto tu pérdida como un duelo personal. Pero hemos de superar todo esto para recordar la felicidad que tanto disfrutamos.



Ser ejemplo de que no se ha acabado. Que quedan muchas cosas por hacer. Siempre en mi memoria, en mi pensamiento. Como una energía que me empuja a lograr nuevos retos, nuevos caminos por descubrir.


Y si, por casualidad, lees estas palabras, significará que la botella llegó a su destino y será para nosotros, otro momento mágico. Si el destino decide que la botella llegue a otras manos, lee atentamente esta carta para darte cuenta que la vida sólo pasa una vez y que debemos disfrutarla a cada instante, aunque vengan malos momentos. Nada volverá a pasar.

Te quiere siempre,

Tu hijo.



martes, 30 de mayo de 2017

Afrontar la pérdida. El duelo personal

Qué poco nos preparan para la muerte. Nos resulta muy difícil aceptarla como un proceso natural de la vida en sí. Quizás nos educaron para tenerle miedo, para no respetarla como una etapa más. Quizás, por eso, sentimos tanto vacío y nos cuesta afrontar la pérdida.

Llegamos a sentir que nos falta algo, como si nos arrancaran una parte de nosotros y lo sentimos de forma muy diferente. Es el duelo personal.



Vivir sin ella.
Tener presente sus recuerdos.
Enfrentarse a una realidad diaria para la que nunca estamos preparados.


Como el "principito" en su pequeño planeta, aprendemos que sólo vemos bien con el corazón..... lo esencial es invisible a los ojos. Y al mirar a las estrellas, la veremos allí.

"Sólo hemos de cerrar los ojos y tocarnos el corazón"
Entonces comprendí el valor de cuidar una rosa, de disfrutar del tiempo, de mirar con ojos sencillos y de contemplar las estrellas al caer el sol.


"Brilla, lucero mío, 
que allá donde estés, 
sólo yo te veré"


El duelo personal

El duelo es un conjunto de emociones que nos atrapa como una ola gigantesca.
De la rabia pasamos a la culpa y al reproche para terminar en tristeza y soledad.
Y es en esa soledad, cuando comprendemos y llegamos a la aceptación. Aceptar la situación de la pérdida hace que nos invadan recuerdos para que sean ellos quienes nos acompañen en nuestro nuevo camino.
Es aquí, en la aceptación, cuando te das cuenta de haber llegado al principio de un aprendizaje nuevo. Llegamos a la serenidad y al sosiego, a distinguir los recuerdos que forman parte del ayer y a construir nuevos momentos, empezar a vivir sin ella. 


Vivir el duelo personal por la pérdida de una persona querida, es una situación que nos lleva a experimentar emociones encontradas con una enorme intensidad. Cada persona lo vive de diferente manera. Por eso, debemos tener claro estos consejos para afrontar la pérdida:

1. Tómate tu tiempo. No hay un período exacto y debes aceptarlo hasta que te encuentres preparado para continuar.

2. Expresa y comparte tus sentimientos. Te ayuda a superar este duro momento. Hazlo con tu familia y amigos o exprésalo escribiendo tus propias emociones.

3. Descansa y cuídate. No dejes de hacer deporte, liberar todo aquello que te oprime. Pasear, correr, descansar y dormir harán que vuelvas a recuperar la normalidad.

4. Vuelve a vivir y marca nuevos retos. Retoma aquello que te hacía feliz y que compartías con esa persona. No hay mejor homenaje que seguir haciendo aquello que os unía.

Afrontar la pérdida es un proceso que nos lleva del duelo al descanso. 


"Ese dolor silencioso y solitario que implica la aceptación, estando en contacto con lo que sentimos, con la carencia y el vacío que deja la ausencia. Toca renunciar a lo que ya no está, dando paso a nuestra madurez emocional" de Jorge Bucay.

"No llores porque las cosas hayan terminado. Sonríe porque han existido" de L.E Boudakian


Agradecimiento especial a mis amigos Rafa López y Carmen Núñez.


lunes, 8 de mayo de 2017

Tu ausencia me duele

Tu ausencia me duele, al pensar que no estarás esperándome en tu casa.

Tu ausencia me duele, cuando falten tus besos cada tarde al despedirme.

Tu ausencia me duele, porque me resisto a pensar que te marchaste.

Tu ausencia me duele, porque no hay mayor dolor que perder a una madre.



Cuánto brillo había en tus ojos, cada vez que te miraba.
Cuánta dulzura en tus palabras, cada vez que tú me hablabas.
Cuánto amor en cada gesto y cuánta paz la que me dabas.



Ahora, roto de dolor, lloro tu ausencia.
Dibujo un corazón hecho pedazos.
Sé que estás aquí, siento tu energía junto a mí.
Siempre a mi lado, mamá.




Y en el último momento....

No estamos preparados para morir. Vivimos con la resistencia a dejar este mundo y nos educan para evitar la muerte. No afrontamos ese momento como una situación feliz, en la que recordar a quien se marcha, para reír con todas sus anécdotas y para amar a esa persona hasta su último segundo. Nos empeñamos en vivir este último momento con negatividad, mostrando rechazo a un paso que nos deja en paz y nos lleva al recuerdo.


He aprendido durante mi estancia en la Unidad de Cuidados Paliativos que encerramos diferentes historias de vida, todas ellas llenas de cosas positivas, pero que confluyen en un mismo punto: el dolor, la rabia y la impotencia para afrontar la muerte. No queremos aceptar que llega el momento de la despedida. Y no hay peor respuesta que darte cuenta tarde que te mueres, y que ya no tienes tiempo para decir lo que piensas.
La mejor medicina para este duro momento es el humor: reir juntos nos libera y nos hace soltar lastre. Recordamos todos esos momentos pasados que nos hicieron felices y lloramos.
Llorar nos purifica, sentimos la necesidad de hablar y contar esas cuentas pendientes que no fuimos capaces de decir.
Pero si hay algo que nos ayuda en la despedida final es el amor. Amar hasta el último suspiro. Sin amor no hay descanso y sin amor no seremos capaces de estar en paz con nosotros mismos. Sin amor, no somos nada.